A mediados de este mes se realizó la premiación de la sexta versión del Premio Impulsa Talento Femenino, una iniciativa liderada por Fundación ChileMujeres, PwC y Pulso, y que destaca a las empresas con los mejores indicadores de género del país.
Fueron en total 9 compañías las ganadoras, todas con una cualidad en común: un alto nivel de contratación de mujeres en directorios y a nivel de organización, muy por sobre el promedio nacional. “Me gustaría destacar que las empresas ganadoras del premio Impulsa, tienen en promedio un 35% de mujeres directoras y un 64% de mujeres contratadas, son cifras muy por sobre el promedio nacional, porque tenemos que pensar que según último reporte de indicadores de género de empresas en Chile, el promedio de mujeres directoras es 10,5% y los niveles de contratación es de 40,1%”, destaca Francisca Jünemann, presidenta de la Fundación ChileMujeres.
En ese sentido, Gonzalo Schmidt, socio de PwC Chile, explica que “si algo hemos aprendido producto de esta pandemia es el gran valor que implica ser comunidad, que cualquier proyecto que esté conformado por equipos diversos entrega resultados más robustos, que enfrentar la vida desde un ‘nosotros’ siempre potenciará cualquier desafío”. De todas maneras no duda en encender las alertas de lo mucho que falta por equiparar la cancha, ya que su informe Women un Work Index 2021, dejó muy abajo en la lista de desarrollo laboral femenino a Chile.
“Según nuestro estudio, en 17 de los 24 países de la OCDE que informaron de un aumento general del desempleo, las mujeres fueron las más afectadas. Y a nivel local, nuestro país, lideró el retroceso en indicadores laborales femeninos. Me refiero a brecha salarial de género, participación femenina en la fuerza laboral, brecha entre la participación masculina y femenina en la fuerza laboral, el desempleo femenino y, tasa de empleo femenino a tiempo completo. El puntaje de Chile este año (42,7) nos deja en un nivel equivalente al obtenido en 2011 (42,1). Son 9 años de retroceso en desarrollo, generación de
valor, y sostenida incorporación al mercado laboral y riqueza por parte de las mujeres”, señaló Schmidt.
Jünemann es igual de lapidaria respecto a los efectos de la crisis sanitaria en el trabajo femenino: “Todos sabemos que en la pandemia el trabajo de la mujer retrocedió 10 años y pese a la recuperación que ha habido en los empleos, los trabajos de las mujeres siguen rezagados y lo que más me preocupa son esas 600 mil mujeres que quieren trabajar, pero no pueden por las condiciones de la pandemia”.
Y la receta para salir de esto, para Jünemann consiste en priorizar el normal funcionamiento del sistema de cuidado y educacional, es decir, de salas cunas, jardines, y colegios.
Sobre este último punto, Schmidt explica que según una investigación de ONU Mujeres recogida en Women in Work, antes del COVID-19 las mujeres informaron que dedicaban alrededor de 26 horas a la semana al cuidado de los niños, pero esto ha aumentado a 31 horas desde el inicio de la pandemia. Por otro lado, los hombres dijeron que destinaban alrededor de 20 horas a la semana al cuidado de los niños antes del COVID-19, lo que aumentó a 24 horas a la semana. “Esto se traduce en que las mujeres dedican 7 horas más que los hombres al cuidado de los niños en la semana; casi tanto como un trabajo extra de tiempo completo”.
Expectativas
Respecto a las perspectivas que se tienen sobre el trabajo femenino post pandemia, Jünemann reconoce que lo suyo por ahora son más bien preocupaciones en relación a la adaptabilidad laboral, los sueldos y la generación de trabajos formales.
“Tengo preocupación por los sueldos, porque si vemos las cifras, tuvimos un alza en la generación de trabajo, y se ha destacado mucho que el mercado se está reactivando, que se han generado puestos de trabajo, pero si nosotros vemos esas cifras, solo el 8,6% de los nuevos trabajos que se generaron en el último tiempo, son asalariados formales. Además, si vemos las cifras de los ingresos, tenemos que el 50% de las mujeres ganan 400 mil pesos o menos y el 50% de los hombres gana 450 mil pesos o menos. Además, está la adaptabilidad laboral, ya que el principal interés y preocupación de las personas, es este tema”.
Schmidt, por su parte, recuerda que las cifras entregadas por el Banco Central en su último IPOM no son auspiciosas en cuanto al crecimiento futuro del país, lo que tiene un impacto directo en la capacidad de generar empleo.
“Para 2022 prevé un incremento de la actividad de entre 1,5% y 2,5% y para 2023 entre 1% y 2%, lo que claramente nos adelanta un escenario desafiante y complejo en todo orden de cosas y donde la capacidad de generar empleo por parte de nuestra economía será limitada. Esto nos exige un mayor compromiso y decisión en cuanto a avanzar en políticas públicas y prácticas privadas con miras a recuperar el empleo femenino”, menciona.
Uno de los puntos que hizo hincapié Jünemann es que ChileMujeres participó haciendo propuestas en la consulta pública de la nueva norma de la Comisión de Mercado Financiero (CMF) que reemplazará a la norma 386 vigente, con nuevos indicadores y prácticas que pedirá reportar a las empresas.
“La buena noticia es que se va a fusionar la norma 385 con la 386. Esto significa que vamos a transitar entre lo que se pide ahora, a muchos más indicadores y prácticas, norma que entrará en vigencia probablemente a principios de noviembre, por lo tanto, las empresas, en sus reportes de abril del próximo año, deberán tener esa información por género y por nivel de cargo. Se solicitará información de la formalidad laboral, adaptabilidad laboral, se mejorará el cálculo de la brecha laboral, para que sea más preciso, se preguntará sobre las políticas de equidad de las empresas, cuáles son los beneficios laborales entregados por sobre la ley, se harán preguntas sobre acoso laboral y sexual en las organizaciones, cómo están los permisos parentales, paternales y maternales, y cómo se está invirtiendo en capacitación entre hombres y mujeres”, indicó.
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